Los opioides con frecuencia se recetan para mejorar el dolor intenso que acompaña una lesión seria o una intervención quirúrgica. Aunque los opioides pueden ser adictivos, se pueden considerar seguros y efectivos para el control del dolor agudo, si se usan por el tiempo más limitado posible y en la dosis más baja efectiva necesaria. El doctor que receta opioides para el manejo del dolor, debe de llevar un control regular de sus niveles de dolor con el objetivo de descontinuar su uso cuando su dolor sea más controlable (o controlado).